Desde su creación por Ley Nº 24166, del 11 de Junio de 1985, el Colegio
Profesional de Antropólogos del Perú, ha
pasado por situaciones difíciles y
complejas hasta su consolidación institucional. Durante casi 20 años no ha
tenido una vida orgánica institucional a nivel nacional, salvo las experiencias de los Concejos
Descentralizados de Trujillo, Cusco,
Arequipa y Lima, esta desarticulación entre lo nacional y regional devino en una relación precaria que fue superándose a
partir del 2005 con la colegiación
masiva de Antropólogos del Cusco y otras regiones ante el Consejo Nacional del
Colegio Profesional de Antropólogos del Perú como establece la Ley.
A la fecha la institucionalización del Colegio está en
construcción; se han renovado los Consejos Directivos Descentralizados y el
Consejo Directivo Nacional en dos ocasiones, sin embargo aún subsisten
ciertas debilidades que impiden su consolidación; la primera es que no se cuenta
con una inscripción del CDN y los CDD- ante la SURNARP, salvo el caso del CDD de
Arequipa que siguió un proceso independiente, y ante el hecho de que la inscripción realizada por el ex decano nacional
Darío Gutiérrez no prospero, y el segundo es que no se ha logrado superar los vacios de
información requerida por SUNARP, lo que dificulta la formalización.
En el espacio regional nos preocupa el
posicionamiento del Colegio; por un lado no se ha logrado consensuar un agenda para la
incidencia pública, los miembros colegiados no han mostrado voluntad y menos
iniciativa para integrar comisiones u espacios que permitan ampliar nuestra presencia institucional y visibilizar propuestas frente a la problemática regional y
nacional sobre temas que nos competen y preocupan como ente deontológico, por
otro lado, ante el temor de no contar
con los recursos necesarios, por la omisión en los pagos de colegiación y
habilitación a la fecha no contamos con un local institucional para la atención de los agremiados, menos que
este sea un sitio de referencia para la articulación con otras instituciones.
La precariedad organizativa y la apatía
mostrada por algunos agremiados muestra que a la fecha no hemos logrado acceder
a recursos del Estado o fondos privados, lo cual sería posible en tanto se
tenga iniciativas legislativas que modifique la Ley de creación del Colegio de
Antropólogos y la insolvencia. Esta ausencia de recursos no ha permitido que
aspiremos a contar con un local propio, lo cual constituye un desafío que
deberemos encarar todos los agremiados y quienes ocupen el CDD.
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